El término frontera se refiere a una región o faja, mientras que el término límite está ligado a una concepción imaginaria. La frontera es una franja del territorio situada en torno a los limites internacionales
Los Estados tienen una característica esencial: la soberanía, esto es, en la facultad de implantar y ejercer su autoridad de la manera en la que lo crean conveniente. Para que el ejercicio de la soberanía por parte de los Estados no perjudique a otras naciones, se crean límites definidos en porciones de tierra, agua y aire. En el punto preciso y exacto en que estos límites llegan a su fin es cuando se habla de fronteras.
Las fronteras al contrario de lo que muchas veces se cree, no se demarcan únicamente cuando hay tierra de por medio, pues existen diferentes tipos de fronteras: aéreas, territoriales, fluviales, marítimas y lacustres.
Esto quiere decir que, en muchos casos, la frontera de un país con otro no se encuentra definida solamente donde hay tierra, pues en algunos casos esa división se efectúa utilizando ríos, mares, etc.
Hace algunos días volví a ver Neon Génesis Evangelion. ¿Qué tiene que ver un anime con las fronteras?, se preguntarán. Nada, al menos en lo que respecta a tribus urbanas (Visual key, Otakus, etcétera). Mas, uno de los grandes temas de ese anime (desconozco si se trata el tema a cabalidad en el manga) es concordante con la materia de estudio de diversas ciencias humanas. No es el momento más óptimo quizás para devanear sobre esto. El tiempo apremia. Pero, ¿acaso el tiempo tiene límites? ¿Podría establecerse un principio o un fin para la eternidad? Existe, claramente, un "ahora", un "después", un "pronto", pero son ¿márgenes temporales? No nos centremos en el tiempo. Retomemos el punto de Evangelion... el asunto tiene que ver con la constitución de los límites individuales o, dicho de otra forma, con el campo de acción al que puede circunscribirse el ego. Ahora, ¿qué es el EGO? No lo expliquemos desde una perspectiva freudeana. Durante cada uno de los episodios de EVA, se puede apreciar la mutación de Shinji Ikari en un adolescente, las terribles experiencias que vive a bordo del EVA 1 lo constituyen como individuo. La cuestión medular, ¿quién es Shinji para sí mismo? ¿Dónde limita, dónde ubica su propia frontera existencial? El "yo" se disuelve en el egoísmo; la identidad del individuo se desconfigura hasta desaparecer cuando fija sus fronteras en el centro del sí mismo. Entonces, ¿dónde radican las fronteras? Acaso, ¿en los otros? Al parecer, el golpe al pensamiento occidental nacido de una "simplona" serie de dibujos animados está radicado en poner en tela de juicio el asunto del individuo autoconstituído. El aprendizaje de Shinji merece atención: el individuo encuentra sus fronteras como sujeto, como sí mismo, en tanto vincula su naturaleza como ente social con otros sujetos humanos. Crea lazos de afecto, instancias en que la palabra de la otra o el otro se nutre de radical importancia; sólo entonces el individuo desolado accede al mundo del contacto social. Ya lo señaló Todorov, y antes de él Bajtín, el sujeto aislado en el mundo no puede ser un sujeto: no se constituye como tal: encuentra su individualidad y su comunión como miembro de un colectivo, sólo cuando accede al contacto cultural, histórico, social. Que hoy por hoy, y desde la fundación de la Modernidad, las fronteras y los límites hayan adquirido visos de "mostrarse los dientes" y "golpear con las palmas, gritando, para infundir terror" es inevitable. La constitución del ser humano, fruto de la individuación desgarrada, como ente solitario, obsesionado con el mito de ser el único Adán sobre la tierra, lo ha hecho pretender anular las diferencias con los otros, sometiéndolas a una única realidad: la del YO. Sólo cuando religue sus concepciones con una noción tan básica como la de encontrar su constitución como individuo en la comunidad, con diferencias y sin agresión, sin imposiciones, podrán las fronteras ser limpiadas de las acepciones que las bañan en sangre de víctimas y victimarios. Como epílogo, qusiera recordar una escena paradigmática de una película. En "La eternidad y un día", el protagonista busca deseperadamente a un niño macedonio, probablemente. Llega hasta una de las fronteras que dividen "su" país con el de "los otros": en el enrejado de esta frontera cuelgan cuerpos inertes, como zapatillas abandonadas al azar en cableados eléctricos. La Humanidad como un gran rompecabezas funciona en conjunto, cada pieza aislada es inútil y prescindible.
Este espacio es una herramienta para difundir y compartir conocimientos sobre los espacios públicos de nuestra ciudad. Está creado con fines artísticos, para la comuna de La Florida; aún cuando se trate de un espacio determinado de trabajo, es fundamental que todos y todas puedan comentar sobre cómo se percibe la ciudad en que vivimos. Para comenzar propuse un tema.. Ahora, los invito a ustedes a que propongan sus intéreses, para que dialogemos sobre la ciudad.
¿Por qué los zapatos cuelgan de los cables de la luz?
2 comentarios:
Según Wikipedia:
El término frontera se refiere a una región o faja, mientras que el término límite está ligado a una concepción imaginaria. La frontera es una franja del territorio situada en torno a los limites internacionales
Los Estados tienen una característica esencial: la soberanía, esto es, en la facultad de implantar y ejercer su autoridad de la manera en la que lo crean conveniente. Para que el ejercicio de la soberanía por parte de los Estados no perjudique a otras naciones, se crean límites definidos en porciones de tierra, agua y aire. En el punto preciso y exacto en que estos límites llegan a su fin es cuando se habla de fronteras.
Las fronteras al contrario de lo que muchas veces se cree, no se demarcan únicamente cuando hay tierra de por medio, pues existen diferentes tipos de fronteras: aéreas, territoriales, fluviales, marítimas y lacustres.
Esto quiere decir que, en muchos casos, la frontera de un país con otro no se encuentra definida solamente donde hay tierra, pues en algunos casos esa división se efectúa utilizando ríos, mares, etc.
Hace algunos días volví a ver Neon Génesis Evangelion. ¿Qué tiene que ver un anime con las fronteras?, se preguntarán. Nada, al menos en lo que respecta a tribus urbanas (Visual key, Otakus, etcétera). Mas, uno de los grandes temas de ese anime (desconozco si se trata el tema a cabalidad en el manga) es concordante con la materia de estudio de diversas ciencias humanas. No es el momento más óptimo quizás para devanear sobre esto. El tiempo apremia. Pero, ¿acaso el tiempo tiene límites? ¿Podría establecerse un principio o un fin para la eternidad?
Existe, claramente, un "ahora", un "después", un "pronto", pero son ¿márgenes temporales? No nos centremos en el tiempo.
Retomemos el punto de Evangelion... el asunto tiene que ver con la constitución de los límites individuales o, dicho de otra forma, con el campo de acción al que puede circunscribirse el ego. Ahora, ¿qué es el EGO? No lo expliquemos desde una perspectiva freudeana. Durante cada uno de los episodios de EVA, se puede apreciar la mutación de Shinji Ikari en un adolescente, las terribles experiencias que vive a bordo del EVA 1 lo constituyen como individuo. La cuestión medular, ¿quién es Shinji para sí mismo? ¿Dónde limita, dónde ubica su propia frontera existencial?
El "yo" se disuelve en el egoísmo; la identidad del individuo se desconfigura hasta desaparecer cuando fija sus fronteras en el centro del sí mismo. Entonces, ¿dónde radican las fronteras? Acaso, ¿en los otros? Al parecer, el golpe al pensamiento occidental nacido de una "simplona" serie de dibujos animados está radicado en poner en tela de juicio el asunto del individuo autoconstituído. El aprendizaje de Shinji merece atención: el individuo encuentra sus fronteras como sujeto, como sí mismo, en tanto vincula su naturaleza como ente social con otros sujetos humanos. Crea lazos de afecto, instancias en que la palabra de la otra o el otro se nutre de radical importancia; sólo entonces el individuo desolado accede al mundo del contacto social. Ya lo señaló Todorov, y antes de él Bajtín, el sujeto aislado en el mundo no puede ser un sujeto: no se constituye como tal: encuentra su individualidad y su comunión como miembro de un colectivo, sólo cuando accede al contacto cultural, histórico, social.
Que hoy por hoy, y desde la fundación de la Modernidad, las fronteras y los límites hayan adquirido visos de "mostrarse los dientes" y "golpear con las palmas, gritando, para infundir terror" es inevitable. La constitución del ser humano, fruto de la individuación desgarrada, como ente solitario, obsesionado con el mito de ser el único Adán sobre la tierra, lo ha hecho pretender anular las diferencias con los otros, sometiéndolas a una única realidad: la del YO.
Sólo cuando religue sus concepciones con una noción tan básica como la de encontrar su constitución como individuo en la comunidad, con diferencias y sin agresión, sin imposiciones, podrán las fronteras ser limpiadas de las acepciones que las bañan en sangre de víctimas y victimarios.
Como epílogo, qusiera recordar una escena paradigmática de una película. En "La eternidad y un día", el protagonista busca deseperadamente a un niño macedonio, probablemente. Llega hasta una de las fronteras que dividen "su" país con el de "los otros": en el enrejado de esta frontera cuelgan cuerpos inertes, como zapatillas abandonadas al azar en cableados eléctricos.
La Humanidad como un gran rompecabezas funciona en conjunto, cada pieza aislada es inútil y prescindible.
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